En estos días creo que la palabra cuarentena ha cobrado un
sentido más amplio, ya no solo representa un periodo de aislamiento. Dependiendo
desde dónde la vivimos, puede ser resignificada como tiempo de crisis, alegría,
desorden, reorganización, enfermedad o salud, muerte o una mezcla entre todas
las anteriores.
¿Cómo se explica que una misma situación se entienda con dos
opuestos? Las situaciones siempre conllevan mezcla de emociones, difícilmente
una situación tiene un solo significado, una sola realidad o una sola
sensación… Por esto creo que hoy la palabra cuarentena para muchos, como para
mí, ha sido resignificada, las siguientes líneas irán mirando diferentes
realidades y opciones de respuesta frente a ellas, todas con el común
denominador de explicar por qué me pasa lo que me pasa.
Situación: en el
tiempo de cuarentena perdí a alguien a quien no pude despedir, hoy que las
cosas están algo más tranquilas no sé qué hacer o siento que no se ha ido de mi
vida…
Explicación: Los
rituales nos permiten cerrar el ciclo de vida de una persona que parte de
nuestra vida, no poder despedirnos, causa que nuestra mente no pueda empezar el
proceso de duelo que sigue a las despedidas, es muy importante crear algún
ritual personal de despedida, guardar las cenizas y hacer oraciones compartidas
nos puede dar calma. Algún ritual de
despedida: escribirle cartas a la persona que se ha ido hasta que pueda
hacerse una misa presencial, crear un álbum de los momentos compartidos para
despedirnos.
Situación: en
esta “nueva normalidad” siento mucho de temor de salir a la calle, no quiero
salir de casa o me causa angustia ver a la gente que anda con mascarilla.
Explicación: las
noticias, el tiempo de encierro, el temor normal a estar desprotegidos o
expuestos han dado como resultado que no queramos enfrentarnos a los efectos
aún presentes por el coronavirus, lo mejor, entonces, es exponernos
gradualmente, hacerlo acompañados y con los objetivos claros de los lugares a
los que vamos a ir, siendo conscientes de mantener todas las precauciones
necesarias al ir y venir.
Situación: en
este periodo el nivel de violencia en casa ha aumentado o me he dado cuenta que
estoy expuesta a maltrato o violencia dentro de mi casa, antes no “me había
dado cuenta” o no creí que realmente es violencia o maltrato.
Explicación: en
muchas ocasiones no podemos percibir las situaciones violentas o el maltrato,
principalmente cuando no es físico o cuando es de uno de los progenitores hacia
uno de los hijos, la situación es dolorosa y a menos que estemos enfrentados a
ella, eso ha pasado en la cuarentena, no lo asumimos. Buscar ayuda para salir
de relaciones de abuso es vital, la violencia suele ir en espiral y aumentar de
un momento a otro, lo mejor es evitar estar sol@ frente al abusad@r e ir
trazando un camino de protección hasta poder irme del lugar.
Situación:
durante el encierro me he dado cuenta de que suelo estar irritable todo el
tiempo que estoy en casa y creo que “algo” pasa en mi relación con mi familia
porque siento que no nos conocemos.
Explicación: en
muchas ocasiones los vínculos de pareja se enfrían por el día a día y las
parejas no se dan cuenta de la realidad porque no conviven, solo se acompañan y
no es lo mismo convivir y acompañarse. En esta situación es muy importante no
acelararse, tomar aire y pensar primero en el tiempo compartido y en lo
conseguido juntos como proyecto de vida es sumamente enriquecedor. Si luego de
este ejercicio, sigo pensando que somos un par de desconocidos, por respeto y
lealtad a mi compañer@ lo mejor es pedir ayuda profesional para saber qué
quiero, qué es más importante para mí y cómo lograrlo sin terceros heridos.
Situación: estuve enferm@ o tuve un
familiar enferm@, pero, ahora, estamos a salvo y bien, sin embargo, me siento
muy mal por mi “buena suerte” y la tragedia de los otros.
Explicación:
muchas personas sintieron culpa por su “buena suerte” o por salir ilesos
durante este periodo. Unas de las preguntas que podemos hacernos es por qué me
siento culpable, ¿cuándo apareció esta culpa? Si ésta está directamente
relacionada con el tiempo de cuarentena podemos buscar maneras de devolverle a
la comunidad nuestra buena suerte, por ejemplo, ayudando a una fundación o
trabajando voluntariamente en las cosas que puedo hacer por los demás. Si la
culpa responde a siempre sentirme mal o dudar cuando me pasan cosas buenas, lo
más sano es buscar un profesional para revisar las creencias sobre las cuales
estoy estructurando mi valor personal.
Mis queridos lectores, tengo claro que hay muchas
otras situaciones de las que no estoy ni cerca, sin embargo, desde las
consultas recibidas en este periodo, la escucha atenta a las conversaciones entre
amigos y colegas, creo que las situaciones planteadas cubren algunas situaciones
comunes y ofrecen, más que soluciones, explicaciones a las mismas. ¿Por qué no
soluciones? Porque los seres humanos somos todos diferentes y las “soluciones
universales” no nos sirven… ¡Saludos y suerte!
Colaboración para Revista VIVE