jueves, 22 de noviembre de 2018

Navidad sin cajas...


Cementerio, domingo 10am, al final del corredor entre la luz del sol y la sombra, dos hombres exhuman un cuerpo, hacia el otro lado dos hermanos se abrazan al ver la escena del corredor, yo los miro respetando su pena, no es mi papá ni mamá a quien exhuman, regreso la mirada al corredor y raída, de la caja, sacan una camisa, el color me lleva 14 años antes, las lágrimas sin cesar de mi tía, la tristeza de mis primos, regreso a verlos, ahora se abrazan amorosa e infinitamente, no hay palabras, nada que pueda decir calmará la tristeza de ese día y la de hoy que entierran a mi tía. Uno de los hombres entrega la caja con los restos del tío, mi primo la toma entre sus manos, mi prima llora, la abrazo, caminamos.

14h, se escucha el canto de una melodiosa voz, el sol es insoportable, tiene ganas de quemarnos, miro la caja que está por entrar a la fosa, las flores, pregunto si los tíos están juntos ahora, me confirman que sí, luego del cementerio no tuve cabeza para pensar que los juntaran, al escuchar la confirmación, suspiro, momentáneamente no estoy en el sitio, estoy mirando los almuerzos familiares, las conversaciones, soy un espectadora de mi memoria que me muestra lo que me hace ser familia de la gente con la que comparto este momento, frente a mi desfilan, abrazos, sonrisas, consejos, las repeladas de mis otras tías, los regalos de todas y las mil muestras de amor que mis tíos, que hoy se juntan, se dieron frente a mí, pienso en cómo el simple hecho de sentarnos a compartir la comida implica todo el ritual de querernos, la manera en la que mi tía decía mi nombre, su timbre de voz hacía que sepa que era ella si yo estaba de espaldas…

16 h, estamos en el restaurante, tenemos aproximadamente 4 días que no comemos bien, mis otras 2 tías, 75 y 80 años, están cansadas luego de esto, están dolidas por la pérdida, mis primos no tienen ganas… yo insistí en ir a comer, me miraron mal cuando lo proponía insistentemente, sin embargo, ahora todos en la mesa nos acompañamos, al principio el silencio es principal invitado, pedimos, participamos de decidir cuánto y qué comer, ahí, los recuerdos, las cosas bonitas que hemos vivido, las navidades, los cumpleaños, los sacrificios, los esfuerzos hechos como familia para respetarnos en las diferencias, para demostrar a aquellos que no tenemos cerca, cuánto los queremos.
20 h, seguimos, hemos llorado, nos hemos mirado y sobre todo hemos reído a pesar del dolor o de la pérdida, así al final de todo, termino con regalos, el regalo de la sonrisa de tener a mis tías, de saber que esos primos son seres de bien que pertenecen a mi familia, de saber que siempre la navidad, el cumpleaños, la hora de comer, son la excusa para demostrar amor y que el amor no tiene objeto, no hay que envolverlo en caja, ni concretarlo en cosas, hay que mostrarlo en actos, en dar responsabilidades como la que tomé al insistir en ir a un restaurante a comer luego del funeral, a pesar del dolor.

Que esta navidad sea la oportunidad para concretar el amor en rituales, en actos, en la enseñanza de una actividad que demuestre amor, cocinar, hacer tarjetas, llamar a ese familiar del que no nos acordamos siempre, en la gracia de sonreírle a quien me topo en la calle. Que esta navidad sea la excusa para amar sin cosas, para amar en actos, para enseñar a amar sin precios, por el simple gusto que nos da la alegría de estar aquí.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Abrázame

Ven, abrázame,
¿sabías lo bien que me hace estar rodeada por ti?
Óyeme con tus ojos,
sin desviar tu mirada de mí.
Llámame con esa voz ronca tan tuya,
tan fuerte, tan cantada.
Mírame papá, con esos ojos atardecer.
Ven solo un minuto y salúdame,
prometo luego dejarte ir,
te espero con tu comida favorita,
con buena charla y saludos para todos.
No te quitaré mucho tiempo,
sé que ya no perteneces acá.
Avisame si te dan permiso,
si me preparo para tu venida,
avísame en sueños,
halla la manera, tu solo mensaje ya me hará feliz...

sábado, 18 de agosto de 2018

Siempre me haces el amor...

Por ejemplo todas las mañanas cuando mandas el mensaje que pregunta cómo va mi día,
cada vez que al mirarme sonríes y me dices que mi sonrisa es tu sol,
me haces el amor al recogerme del trabajo
o cuando me escuchas tan atento que luego me das aquello de lo que hablé,
cuando me has llevado a donde he querido
o cuando has dicho que el color de pelo que me cargo te gusta...

Quiero que hagas el amor también cuando comas de mis manos
y aunque no sea un manjar me digas que te gusta,
cuando sea un mal día, me veas llorar y
comprendas que lo único que quiero es que me acompañes
y no que me soluciones la vida.
Quiero que me hagas el amor en las noches y a oscuras
cuando te pida que me cuentes algo chévere porque el sueño huyó de mí,
que me hagas el amor cuando lleguen los días de la alteración hormonal
y mi humor o mi sueño sean invivibles...

Yo te haré el amor en mi regazo,
preparándolo como una cueva caliente para cuando no quieras ver a nadie
y con las justas y mal genio logres verme,
te haré el amor estando feliz conmigo para que mi alegría te contagie siempre,
te haré el amor cuando el día sea caluroso y al vernos logré darte un rato de sombra y descanso.

Prometo hacerte el amor frente a mis amigos,
cuando diga lo maravilloso que es estar contigo,
cuando me ría o baile para ti en cualquier sitio,
cuando hagas bromas que solo tú entiendes y yo me esfuerzo por alcanzar,
cada una de esas veces te haré el amor con la misma fuerza de ahora...


Para mi hija

  Estoy pensando en ti, no corras hija, no corras por los demás, corre por ti, por tu carrera, por las cosas que te gustan, por la vida que ...