Llegó, algo
apurada, algo cansada.
"Doctora,
disculpe el retraso"
No se preocupe, dígame:
¿cómo le ha ido esta semana? ¿Cómo va su
trabajo de ir organizando las cosas en la casa?
"Bueno, el
niño ya no duerme en mi cama..."
¿Y su esposo y
usted? ¿Están durmiendo en la cama matrimonial?
"No, es que lo
acompañamos a dormir y nos dormimos con él, pero él sí duerme en su cama"
De acá en adelante
la consulta tomó otros rumbos no pertinentes al
tema.
Muchas veces en
diferentes charlas y lugares surgen estas preguntas: ¿Está
mal que el niño duerma con nosotros? ¿Los niños siempre deben dormir solos? y
las justificaciones más famosas: "Es que lo cambio de cama y se
levanta" "Yo intento, pero me vence el sueño"
Frente a esto
algunas preguntas, reflexiones, comentarios:
¿Cómo intima una
pareja si su hijo siempre duerme en medio?
¿Es el lugar del
niño, el mismo lugar de los padres?
A los niños les
hace bien dormir solos, les ayuda a autoreconocerse.
También les ayuda a
ubicarse, a saber que hay un momento y un lugar de los papás para conversar,
para compartir y para quererse. Les ayuda a formarse
la idea de pareja que la representan los padres y a asumirse solos,
independientes, sin tener que estar todo el tiempo “conectados”
o junto a alguien.
Esto no quiere
decir que vamos a arrancar al niño de la cercanía materna tan necesaria, pero
sí sugiere que vamos a ir dándoles el amor y la seguridad que necesitan para
cuando llegue el momento de ir a su cama.
Esto no tiene un tiempo específico, pienso que debe darse hasta el año y debe
trabajarse desde el inicio.
Saber que mamá y
papá se corresponden, o en el caso de padres separados, que papá y mamá duermen
solos ayuda al niño a entender la jerarquía necesaria en la familia. Papá y
mamá por encima de hijos y hermanos, siempre juntos, pero no revueltos, así es
más fácil dar una orden o exigir, es más fácil ser y estar reconocido como
autoridad.
¿Para qué nos sirve
la autoridad o la exigencia en un niño? Ese es
tema de otro artículo...