¿Cuándo empieza
la paternidad o la maternidad? ¿Qué pasa con los esposos cuándo llegan los
hijos? ¿Cómo saber qué hacer con esa criatura que llora, que me mira y que la
mayoría de las veces no entiendo? El tema de la paternidad-maternidad ha
cobrado vigencia, podríamos decir que la concientización del rol parental tiene
que ver con el hecho de que en la actualidad sabemos que los niños y los
adultos son igual de importantes, por esta razón debemos respetar infinitamente
a los niños evitando frases como: “Porque te quiero te pego” o al momento de
una pregunta solo responder “Es así porque yo digo y listo”
Me imagino unas
caras sorprendidas que se desencajan o personas que simplemente dan vuelta a la hoja porque “esto de las nuevas
tendencias” no va con ellos y es que en el universo de la crianza infantil hay
muchas cosas que han cambiado y como siempre nada está dicho, el tema “¿Cómo
criar seres humanos felices y responsables?” Nos daría para escribir una
colección completa, comencemos por las primeras tres preguntas:
·
¿Cuándo empezamos a ser
padres? Consideraría que desde el momento en el que
tenemos conciencia de la concepción porque para haberlo concebido, según
Francois Dolto, necesitamos del deseo de tres, la madre, el padre y el niño, sino
por qué o cuántas veces un niño no llega al nacimiento a pesar del deseo de
papá y mamá… y esto sin explicación alguna y con todos los cuidados del caso.
·
¿Qué pasa con los esposos
cuando llegan a ser padres? Lamentablemente se
olvidan de ellos empieza entonces un problema importante y la causa de muchos
divorcios. Es que para criar hijos se necesita a la pareja de esposos
sosteniéndose para ser padres, acompañándose y sobre todas las cosas amándose
como seres humanos, si esto no funciona se convertirán en un par de amigos que
con el paso del tiempo perderán la chispa.
·
¿Cómo saber qué hacer con
esa criatura que llora, que me mira y que la mayoría de las veces no entiendo? Sentir, eso es lo que debemos hacer, más que pensar, resolver,
arreglar, debemos sentir lo que ese niño o niña necesita. Para evitar errores
en lo que comprendemos debemos haber podido decodificar nuestras propias
emociones y necesidades, solo así, con un trabajo personal constante, con un
autoconocernos podremos contener, satisfacer, guiar, amar y por sobre todo lo
demás ser ejemplo de felicidad para que esa criatura sepa que su meta debe ser
la alegría propia del ser humano, aquel profundo sentimiento de paz que nos
ayuda a recuperarnos de los desconciertos, las tristezas y los avatares propias
de la vida…
Y esto es un
trabajo del día a día, cabe decir que la alegría tiene que ver con el esfuerzo,
la exigencia que debemos ponerles a los chicos va en relación a sus capacidades
según sus edades, según sus fortalezas, esto de la exigencia lo dejamos para la
próxima, por ahora está bien que se queden pensando: ¿cuán coherente es su ejemplo de felicidad para su hijo o hija,
cuántas veces se ríen con ellos, cuántas veces los ven felices, los acarician?
¿Cuán real es el amor que se expresan entre pareja, cuán fuerte es el trabajo
en equipo de esposos que hacen para sostenerse como padres? Sé que son
algunas preguntas, sin embargo sino cuestionamos, sino pensamos, ¿cómo enseñamos a hacerlo?