miércoles, 11 de marzo de 2015

Decidiendo ser padres

¿Cuándo empieza la paternidad o la maternidad? ¿Qué pasa con los esposos cuándo llegan los hijos? ¿Cómo saber qué hacer con esa criatura que llora, que me mira y que la mayoría de las veces no entiendo? El tema de la paternidad-maternidad ha cobrado vigencia, podríamos decir que la concientización del rol parental tiene que ver con el hecho de que en la actualidad sabemos que los niños y los adultos son igual de importantes, por esta razón debemos respetar infinitamente a los niños evitando frases como: “Porque te quiero te pego” o al momento de una pregunta solo responder “Es así porque yo digo y  listo”
Me imagino unas caras sorprendidas que se desencajan o personas que simplemente dan  vuelta a la hoja porque “esto de las nuevas tendencias” no va con ellos y es que en el universo de la crianza infantil hay muchas cosas que han cambiado y como siempre nada está dicho, el tema “¿Cómo criar seres humanos felices y responsables?” Nos daría para escribir una colección completa, comencemos por las primeras tres preguntas:
·         ¿Cuándo empezamos a ser padres? Consideraría que desde el momento en el que tenemos conciencia de la concepción porque para haberlo concebido, según Francois Dolto, necesitamos del deseo de tres, la madre, el padre y el niño, sino por qué o cuántas veces un niño no llega al nacimiento a pesar del deseo de papá y mamá… y esto sin explicación alguna y con todos los cuidados del caso.

·         ¿Qué pasa con los esposos cuando llegan a ser padres? Lamentablemente se olvidan de ellos empieza entonces un problema importante y la causa de muchos divorcios. Es que para criar hijos se necesita a la pareja de esposos sosteniéndose para ser padres, acompañándose y sobre todas las cosas amándose como seres humanos, si esto no funciona se convertirán en un par de amigos que con el paso del tiempo perderán la chispa.

·         ¿Cómo saber qué hacer con esa criatura que llora, que me mira y que la mayoría de las veces no entiendo? Sentir, eso es lo que debemos hacer, más que pensar, resolver, arreglar, debemos sentir lo que ese niño o niña necesita. Para evitar errores en lo que comprendemos debemos haber podido decodificar nuestras propias emociones y necesidades, solo así, con un trabajo personal constante, con un autoconocernos podremos contener, satisfacer, guiar, amar y por sobre todo lo demás ser ejemplo de felicidad para que esa criatura sepa que su meta debe ser la alegría propia del ser humano, aquel profundo sentimiento de paz que nos ayuda a recuperarnos de los desconciertos, las tristezas y los avatares propias de la vida…

Y esto es un trabajo del día a día, cabe decir que la alegría tiene que ver con el esfuerzo, la exigencia que debemos ponerles a los chicos va en relación a sus capacidades según sus edades, según sus fortalezas, esto de la exigencia lo dejamos para la próxima, por ahora está bien que se queden pensando: ¿cuán coherente es su ejemplo de felicidad para su hijo o hija, cuántas veces se ríen con ellos, cuántas veces los ven felices, los acarician? ¿Cuán real es el amor que se expresan entre pareja, cuán fuerte es el trabajo en equipo de esposos que hacen para sostenerse como padres? Sé que son algunas preguntas, sin embargo sino cuestionamos, sino pensamos, ¿cómo enseñamos a hacerlo?

Para mi hija

  Estoy pensando en ti, no corras hija, no corras por los demás, corre por ti, por tu carrera, por las cosas que te gustan, por la vida que ...