viernes, 14 de agosto de 2015

La otra mirada...

Él se arrimó a su hombro, se escondió en su brazo y le dijo al oído: “nadie es como usted”
Luego, oculto tras ella dijo en voz alta:
“tu madre se esfuerza, ha cambiado desde que estoy enfermo, es la mujer que todo hombre quisiera”
Frente a ellos la hija los miraba.

Ese día concluyó que toda esa travesía había servido para que ellos crezcan,
se valoren, se acompañen,
comprendan y le enseñen eso del amor agape,
luego de ese tiempo, todos habían crecido y aprendido entre sí...

Para mi hija

  Estoy pensando en ti, no corras hija, no corras por los demás, corre por ti, por tu carrera, por las cosas que te gustan, por la vida que ...