miércoles, 26 de marzo de 2014

Datos estadísticos...

Lo miró mientras lo contemplaba, 
para ella nadie era como él, 
esa sonrisa, esa mirada, esas manos, 
ella no las había vivido nunca jamás.

Es que él había llegado a su vida así, sin más, 
de improviso había ocupado los espacios que tan vacíos tenía ella,
para convertirse justo en lo que él decía no querer 
y ella gritaba no necesitar,
él le ofreció un rol, una mirada,
la reconoció en su necesidad de ser mujer.

Ella se acostumbró y le ofreció lo mismo, 
claro, también desde sus limitaciones, 
desde sus escudos y sus vacíos...

Así formaron una dinámica dual, que los convirtió en pareja, 
no fue el amor, fue la necesidad la que invitó a construir.

Esa noche mientras lo miraba abstraída del discurso que mantenían,
se sintió sola y cansada de pedir coherencia entre lo que decían y hacían,
esa noche se cuestionó ¿qué me tiene aquí, por qué engancharme así?
¿Por qué desde los vacíos y no desde la completud?
Una voz dentro de sí le dijo:
Porque si no reconoces tus carencias pides que las llenen por ti.
Se dio cuenta de lo que había aprendido y decidió que era tiempo de partir...

La pregunta a la historia es: ¿Cuántos nos enganchamos así?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Para mi hija

  Estoy pensando en ti, no corras hija, no corras por los demás, corre por ti, por tu carrera, por las cosas que te gustan, por la vida que ...