En medio del día a día he parado,
he mirado y me doy cuenta
qué fortuna tenernos,
qué fortuna pelearnos,
qué delicia ser parte del corre y poder tomar distancia,
gracias dolor, gracias malestar,
gracias rodilla dolida,
por ti he podido parar y
dejar que el mundo ande sabiéndome no indispensable,
reconociéndome amada y valiosa,
pero no indispensable,
entonces así puedo parar sin culpa,
sin malestar,
sabiendo que es para mejor
y que vale dejarse cuidar,
gracias rodilla,
gracias malestar...
¿Sabías que el dolor en la rodilla se relaciona a la humildad?
¿y que el saberme no indispensable es reconocerme humilde?
¡Qué gran lección!
Gracias rodilla dolida,
gracias por la humildad...
miércoles, 22 de noviembre de 2017
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